Aunque Sueños de libertad tiene un triángulo amoroso que ha enganchado completamente al público, compuesto por Begoña (Natalia Sánchez), Jesús (Alain Hernández) y Andrés (Dani Tatay), un fenómeno ha hecho que haya otra pareja que encandile hasta el punto de rivalizar en protagonismo: la de Marta y Fina. Las jóvenes interpretadas por Marta Belmonte y Alba Brunet causan sensación con su historia de amor ambientada en la España de finales de los 50 e inicios de los 60.
Se trata de “Mafin” y recuerda al que se ha vivido con otras parejas femeninas como “Luimelia” o “Luznhoa”. De hecho, pone de manifiesto algo importante: la fuerte presencia de personajes lésbicos en las series diarias españolas. En lo referente a la visibilidad LGBT en ficción, las producciones pensadas para la sobremesa o el ‘access prime time’ han sido las que más han apostado por los romances entre mujeres.
El fenómeno de “Mafin” recuerda al vivido por “Luznhoa” en 4 estrellas. La tira diaria nocturna logró que uno de los pilares de su éxito fuese la historia de amor de los personajes encarnados por Ana Jara y Belén Écija, una de las tramas más queridas por el ‘fandom’, hasta el punto de que su boda fue ampliamente publicitada. Es más, se puede considerar ese momento como su dulce final en abierto, dado que el desenlace de la serie sólo pudo verse por RTVE Play y estuvo más enfocado en el resto de personajes.
Pero que la boda de Luz y Ainhoa pudiera disfrutarse en abierto antes de que su franja fuese ocupada por La Revuelta indica el interés que había en que los seguidores pudieran ver el final feliz de la pareja más querida de la ficción. Una pareja que, además, visibilizó la bisexualidad, dado que ambos personajes se reconocían como tal. En medio de los enredos propios de la serie, tuvieron idilios con personajes masculinos sin que aquello afectase a la trama, viviéndolo de una manera espontánea.
Quizás por ser las producciones que llevan ya una larga temporada sosteniendo la ficción española en la televisión en abierto, las series diarias se han convertido en el gran referente de la visibilidad de la realidad lésbisca y las relaciones sáficas. Sueños de libertad y 4 estrellas lo han representado con parejas potentes, pero también se sumó brevemente La Moderna con el romance entre Laurita y Celia y que se truncó con la marcha del personaje interpretado por Carlota Baró.
No obstante, con Laurita todavía en la ficción, esto hace que tanto Sueños de libertad como La Moderna sean las dos ficciones diarias que cuentan con personajes lésbicos en sus tramas, todo lo contrario a lo que se vive en La Promesa y Valle Salvaje, las otras dos telenovelas que están también en emisión.
Lo cierto es que el ‘boom’ de las parejas sáficas no es nuevo. Es más, lo que se vive con “Mafin” es una evolución que comenzó años antes. El Informe ODA de 2023 -que analizaba la ficción de 2022- señalaba que la representación de personajes gais había aumentado un 62% en las series españolas. Sin embargo, los lésbicos habían aumentado hasta un 83%. A pesar de ello, la representación de los varones homosexuales, en general, era mayor, con un total de 48 personajes gais frente a los 30 los lésbicos.
Buena parte de esa representación ha venido por las series diarias. Fue en 2020 cuando surgió la primera pareja lésbica que se convirtió en todo referente. Sucedió con “Luimelia” en Amar es para siempre.
La sobrina de Manolita y Marcelino -hija adoptiva tras la muerte de sus padres- vivió un romance tan intenso con Amelia -y prohibido, al estar en la España de los 70- que el fenómeno fan impulsó a Atresmedia a crear #Luimelia, un spin-off que trasladaba a ambas jóvenes a la España actual. Esta producción tuvo 4 temporadas y 26 episodios, emitidos entre 2020 y 2021.
Fenómeno fan
Se considera que fue el origen de las ‘superparejas’, aunque en esa misma época, Acacias 38 narraba la historia de “Maitino”. El amor entre Maite y Camino también conquistó de una manera excepcional a los seguidores de la ficción de Boomerang, hasta el punto de que RTVE optó por crear un ‘spin-off’ en forma de pódcast que narraba la vida de ambas en París.
En los últimos años, han sido las relaciones amorosas entre mujeres las que han conquistado al público de las series de sobremesa, siendo este su gran bastión. Sólo la relación entre Fernando y Orson en la fallida Mía es la venganza de Telecinco ha sido una de las pocas tramas gais que ha habido recientemente en las ficciones diarias. Contando con que la serie de Mediaset también tuvo su pareja lésbica, la de Nora y Blanca.
Un fenómeno que ha logrado convertir a las series diarias en su refugio y que recuerdan cómo las primeras semillas de estas historias estuvieron en Amar en tiempos revueltos, con Ana y Teresa viviendo una historia que llegó a ocupar hasta dos temporadas y que tuvo consecuencias en las tramas de Amar es para siempre. Por otro lado, el caso de Celia y Aurora en Seis hermanas no estuvo exento, dado que el personaje encarnado por Luz Valdenebro murió. La trama lésbica fue la única que no tuvo final feliz.
En medio de estas historias, destacó Servir y proteger, que fue la primera serie diaria en incorporar a una actriz transexual para dar vida a un personaje trans. La producción de Plano a Plano fue una de las series diarias que más personajes LGBT tuvo, con la agente Nacha Aguirre o la historia de amor entre Lidia y Hanna, sin olvidar la de la inspectora Martorell o uno de los villanos de la serie, Santos Mercader.
Actualmente, “Mafin” demuestra que el público de las series diarias quiere este tipo de historia, un ejemplo de visibilidad en el que estas producciones -las más vistas de la televisión en abierto- pone de relieve que no solo hay espacio para lo LGBT, sino que la propia audiencia lo demanda.